15/06/2009 - 17 usuarios online
Amorosa Soledad es una ópera prima con historia. El guión es de Victoria Galardi (32 años), quien venía trabajando como guionista de otros directores (tales los casos del episodio Mitzvah , de 18-J , de Lucía Cedrón, o Dolores de casada ) y llevó su proyecto a Rizoma Films, con la idea de dirigirlo a cuatro manos, con alguien que tuviera alguna experiencia concreta detrás de las cámaras. Allí le presentaron a Martín Carranza (39 años), quien trabajó en más de veinte largometrajes, desde pizarrero hasta asistente de dirección, informa La Nación.
Amorosa Soledad es una ópera prima con historia. El guión es de Victoria Galardi (32 años), quien venía trabajando como guionista de otros directores (tales los casos del episodio Mitzvah , de 18-J , de Lucía Cedrón, o Dolores de casada ) y llevó su proyecto a Rizoma Films, con la idea de dirigirlo a cuatro manos, con alguien que tuviera alguna experiencia concreta detrás de las cámaras. Allí le presentaron a Martín Carranza (39 años), quien trabajó en más de veinte largometrajes, desde pizarrero hasta asistente de dirección.
Del encuentro de Galardi y Carranza habría de surgir esta comedia con algo de drama, a propósito de una veinteañera -la Soledad del título- que sufre su primer gran desencanto. Hay que tenerle paciencia: en el crucial momento de su vida que toma el guión, vivirá una experiencia que podrá cambiar el curso de sus días. Soledad, acaba de ser abandonada por su novio. A partir de esa realidad resuelve estar sola en su departamento durante los próximos tres años de su vida. Hipocondríaca como pocas, conocerá a un arquitecto, con el que el amor comienza a fluir. El ex la llama, pero ella lo elude, su mamá está en otra y su papá le ofrece su cariño, pero a la distancia.
Inés Efrón venía de darse a conocer como una de las adolescentes del reparto de Cara de queso , y también por haber compuesto el arriesgado papel protagónico de XXY , que todavía no se había estrenado cuando Galardi y Carranza pensaron que cuadraba con el phy sic du rol de la Soledad que buscaban. Después apareció Fabián Vena para el nuevo novio. Cuenta el actor -con una sonrisa pícara- que no podía predecir si su reunión con Inés, a quien recién conocía, iba o no a prosperar. Por lo visto, funcionó. Después se sumaron Nicolás Pauls, Mónica Gonzaga y Ricardo Darín.
La película, que pasado mañana estrenará Pachamama, viajó en septiembre a San Sebastián, donde compitió en la sección Nuevos Directores de Zabaltegi, y se llevó el Premio de la Juventud al vencer a una docena de largometrajes de todo el mundo. La ópera prima recibió en esa sección competitiva 280 votos positivos de un total de 350 estudiantes de cine españoles, de entre 17 y 21 años, que conformaron el jurado. No fue la única recompensa: en las tres funciones que tuvieron lugar allí, fue vista y aplaudida con entusiasmo por alrededor de 1500 personas. Todo un mérito con el que ahora llega a los cines de su país de origen.
Efrón y Vena; Galardi y Carranza conversaron con LA NACION, acerca de la historia que los reunió y que, dentro de dos días, será juzgada, finalmente, por el público local.
Cuestión de géneros
"A veces, me encantaría poder creer que en algún momento los géneros van a dejar de existir", dice la actriz a quien esta semana también veremos en Cómo estar muerto/Como estar muerto , de Manuel Ferrari, dentro de un mes en El niño pez , por segunda vez dirigida por Puenzo y, en 2009, en la versión largometraje del corto Medianeras , de Gustavo Taretto. "Creo que lo muy dramático es muy gracioso, y viceversa, porque está todo muy ligado, pero al hacer esta película era consciente de que era un tono gracioso del que no me debía reír porque se arruinaba todo. Agradezco mucho tener esta posibilidad de habitar todos los lugares que haya para habitar. Cuando uno puede ver claroscuros en un personaje es maravilloso, y que en un guión ya aparezca eso, más todavía", dice.
Vena piensa: "Es bueno encontrarles el humor al drama o la hondura a la comedia. El principal objetivo de un actor es parecerse a los demás, y no a uno, la transformación para la identificación del otro. Cada vez que aparece un personaje que no tiene nada que ver con uno, lo agradezco mucho". "Durante el rodaje no hubo nervios de debut: Victoria y Martín estaban muy seguros de lo que querían, había un alto nivel de previsibilidad, es difícil encontrar una película en la que se ensayan hasta los personajes menores y eso fue fundamental. La pasamos bien, y tenemos, además, un producto artístico que me parece maravilloso", insiste Vena.
Galardi está contenta porque su sueño se hizo realidad. "Escribí este guión hace seis años, y en todo este tiempo de armado fue sufriendo transformaciones a medida que cerrábamos con socios, cuando tuvimos que remontar la coproducción que no fue, agregando personajes. Es una película de bajo presupuesto, de cinco semanas de rodaje, diecisiete días dentro de un departamento, en Súper 16. En verdad, todo el dinero estuvo puesto en función del mejor equipo posible", recuerda. "Lo bueno es no ponerle un género: para mí lo gracioso se da cuando uno se corre un poco de lo trágico. Si, ella lo pasa fatal, pero por momentos su tragedia se convierte en algo gracioso", redondea la debutante.
Carranza explica que todo fue decidido de a dos: "Tuvimos tres años para planearlo todo, y seguramente por eso mismo, y en función de que los actores no sufran confusión alguna durante el rodaje, Victoria se dedicó más a ellos, y yo más a la parte técnica. Absolutamente todos sabíamos lo que teníamos que hacer? Por eso fue posible en cinco semanas, y como teníamos filmado el material justo, la edición fue más sencilla. Igualmente, el punto justo recién llegó cuando la vi por primera vez con público", asegura, cerca de vivir esa misma experiencia esta vez en casa.
© La Nación / abc guionistas
04/03/2009 06:03:13