12/10/2011 - 11 usuarios online
La primera mujer mexicana en desarrollarse como cineasta nació en la Ciudad de México y al quedar huérfana de madre fue criada por su abuela y su tía y posteriormente ingresó a un convento de monjas dominicas. Cuando cumplió catorce años viajó a Estados Unidos, donde asistió a una función del filme Old San Francisco (1927), a partir de entonces supo que su vocación era hacer películas.
A los diecinueve años y gracias a algunos contactos de su hermano Eduardo Landeta, que era actor, logró conseguir trabajo como guionista, siendo la primera mujer en México en desarrollar esta labor, además, de manera prolífica: realizó más de setenta películas en doce años. Más tarde, comienza a integrarse como asistente de dirección para realizadores como Julio Bracho, Agustín Delgado y Emilio "El Indio" Fernández, de quienes aprendió lo suficiente para lanzar su primer largometraje en 1948, titulado Lola Casanova. A pesar de su innegable talento, Landeta no la tuvo fácil, ya que debió hipotecar su casa y fundar su propia productora TACMA S.A. de C.V., ya que nadie confiaba en que una mujer pudiese realizar cine. Tras varios inconvenientes, la película pudo ser estrenada como filme de segunda, con una distribución por demás pobre. Sucedió algo similar con su segundo filme La negra Angustias (1949) donde planteaba un fuerte contenido feminista.
En 1951 estrena Trotacalles, antes de verse inmersa en numerosos problemas con el sindicato y varios productores, que tristemente truncaron su carrera por cuarenta años.
Sin embargo, Landeta no se mantuvo inactiva, escribió y dirigió una serie de 110 cortometrajes para la televisión estadounidense que llevó por nombre Howdy Doody e impartió clases el Instituto Cinematográfico, primera escuela formal de cine, dirigida por Celestino Gorostiza, y de Historia del cine en la Academia Andrés Soler. También fue fundadora de la "Sala Tlalpan" y estuvo a cargo de la supervisión de guiones en el Banco de Guiones de la SOGEM (Sociedad General de Escritores de México). Continuó escribiendo guiones propios como el de la película El Camino de la Vida, que dirigió Alfonso Corona en 1957 y por la que se hizo merecedora de un premio Ariel al Mejor Argumento y al Premio de la Prensa Católica al argumento en Berlín, que nunca le fue entregado.
Sería hasta 1975 que su trayectoria fuera reconocida en el marco del Año Internacional De La Mujer y llegó a presidir la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas en dos ocasiones durante la década de los ochenta. Poco a poco su talento fue reconocido a nivel internacional, en países como Italia, Cuba y Francia. Sería hasta 1991 que estrenara su última película: Nocturno a Rosario.
Matilde Landeta fallece el 26 de enero de 1999, en la Ciudad de México, su legado, su ejemplo y su lucha por el reconocimiento más allá del género sirvieron de base para que otras realizadoras, como Adela Siqueiros y Mimi Derba también pudieran realizarse dentro del quehacer cinematográfico. Amante de las historias verídicas que presentaban a mujeres reales alejadas del estereotipo impuesto por la misoginia imperante de su época, Matilde Landeta se convirtió en una pionera y en una leyenda dentro de la lucha por la igualdad de género y por la defensa de su arte.
20/09/2011 12:53:12