07/07/2010 - 8 usuarios online


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González-Sinde en La Vanguardia: "En la hostilidad contra la SGAE subyace una batalla ideológica contra la cultura"


González-Sinde, en La Vanguardia

Convertida en bestia negra del activismo internauta, Ángeles González-Sinde, guionista y ministra de Cultura, ha visto como su apellido bautizaba la autoinculpación de las páginas de enlaces a descargas –La lista de Sinde, alusión a la célebre película homófona de Spielberg–. Al tiempo, es la última esperanza de las sociedades de gestión de derechos que aglutinan los intereses de autores y editores para luchar contra un cambio del modelo de negocio que amenaza con arruinar el sistema de producción y distribución de contenidos tal y como lo conocemos. Recibe al diario La Vanguardia en Barcelona, con visibles señas de cansancio en el rostro, después de un intenso fin de semana en el encuentro de mujeres en Valencia. Preside el Foro Europeo de la Cultura, que reúne a los ministros de Cultura de la Unión la delicada situación del sector. Este Foro se reúne en un momento crítico para el negocio cultural.

- ¿Se espera del Foro algún avance en forma de declaración conjunta?
Sí, esperamos que sea tan productivo como el celebrado el pasado año, que ya lo fue mucho. Es complicado porque se trata de un sector compuesto por individuos y colectivos muy pequeños, a diferencia de otros como pueden ser los médicos, de forma que es muy difícil conocer la coyuntura exacta de todo el sector, y este tipo de foros son muy útiles. Decidimos hacerlo en Barcelona porque ha sido una ciudad de larga tradición cultural, que siempre ha apostado por la cultura. Por eso también le pedimos a la Cámara de Comercio que se implicara. Eso no significa que vayamos a tratar exclusivamente la cultura en tanto mercancía o entretenimiento, no vamos a aparcar la vertiente artística. Somos muy conscientes de los múltiples sentidos de la cultura. Esperamos que se saquen conclusiones, dado que se trata de un momento crucial, con un debate abierto sobre la evolución del modelo de negocio, que obligará a una transformación que queremos alentar.

- El conflicto entre la industria cultural e Internet data ya de una década. En la primera batalla la patronal discográfica derrotó a Napster, pero al cabo del tiempo se ha demostrado que las descargas P2P sólo se han reducido cuando ha habido alternativas de pago como Spotify o iTunes.
Debemos tener claro que el usuario de Internet no se levanta con ánimo de delinquir, y que las propuestas deben tender a buscar la oferta adecuada y no a perseguir a los internautas, porque los usuarios sienten que contribuyen a un servicio, pagando el canon de sus equipos y el acceso a la red, y no perciben los matices de si aquello a lo que acceden esta libre de derechos o no. Y es cierto, no corresponde al usuario estar al tanto de esto, nuestras costumbres cambiarán y la gente se lanzará a usar los servicios de contenidos culturales de pago adaptados a los nuevos tiempos. Pero la puesta en marcha de estos servicios de contenidos legales requiere de fuertes inversiones de los proveedores que son difíciles de acometer sin un marco legislativo que los ampare. Y esto debe armonizarse con los derechos de los usuarios. Eso permitirá aprovechar a todas las partes el incremento que se ha dado de los productos culturales.

- Ahora que habla de impulsar la reconversión del sector, la digitalización de las salas en España ha llegado cuando todavía no se había amortizado la anterior modernización. Los exhibidores reclaman más ayudas.
Existen unas ayudas que se aprueban mediante convenios con las comunidades autónomas, y en las que la financiación corre a partes iguales por el ministerio de Cultura y las comunidades, pero que sólo se pueden solicitar allí donde los gobiernos autonómicos hayan aceptado participar del convenio. En cuanto a las específicas dedicadas a la digitalización de las salas, ahí también participa el ministerio de Industria. Y me consta que este es un asunto que preocupa especialmente a los ministros alemán y francés, porque afecta al futuro de la distribución del cine europeo. ¿En qué sentido? La grandes cadenas de exhibición están haciendo la reconversión más rápido, porque pueden hacer frente a esas inversiones, lo que permite la entrada de las películas de las grandes majors. Sin embargo, los exhibidores pequeños tienen más problemas y eso puede afectar a la distribución de otros tipos de cine. Y nuestra responsabilidad es garantizar que exista una oferta amplia y variada.

- El presidente de la Academia, Alex de la Iglesia, usó en los Goya un tono muy distinto a las de usted o sus predecesores, poniendo el acento más en el agradecimiento que en exaltar los intangibles de la cultura. Nos faltó un contraplano para ver qué cara ponía usted.
Respeto mucho las decisiones del presidente de la Academia y apoyo su gestión. Lo está haciendo muy bien. Él le ha imprimido su personalidad. La intervención anual en los Goya tiene el carácter de cada presidente. Él lo ha enfocado de una manera más épica y yo, de forma más intimista, del mismo modo que él hace un cine más épico y yo hago un cine más intimista.

- ¿Le gustaría que la actitud de algunas de las entidades de gestión de derechos fuera menos agresiva ante los ciudadanos para hacerle a usted más fácil la labor de conciliar los intereses de todas las partes?
No creo que ninguna compañía de seguros o banco deje de cobrar las comisiones que les corresponden o los pagos que se les adeudan y nadie lo cuestiona. No entiendo por qué ahora se cuestiona un principio básico y que costó mucho que todo el mundo aceptara, que el autor tiene derechos. Mucha gente, desde Mark Twain, ha peleado mucho por los derechos de autor y eso impulsó el desarrollo cultural.

- Sí, pero entre las entidades de gestión unas mantienen una imagen pública más antipática. ¿Nunca ha estado tentada de llamar y pedir que mantuvieran un perfil más bajo?
Yo no puedo inmiscuirme en cómo desempeñan su labor. Hay ocho entidades de gestión y cada una realiza su tarea a su manera. Pero en el fondo de esa hostilidad hacia las entidades de gestión de derechos subyace una batalla ideológica contra la cultura.

- Han decidido combatir la violación de derechos de autor con una disposición final en la Ley de Economía Sostenible. ¿No sería mejor atender la sugerencia de Competencia y redactar una nueva ley de Propiedad Intelectual para la era digital que ponga en orden en el sector?
Es obvio que disponemos de una legislación en materia de propiedad intelectual basada en la distribución física y esto quizá no sea lo más indicado para fomentar la rapidez de los cambios en el sector. Pero se trata de armonizar y buscar soluciones. Me quedo con una reflexión de Michelle Bachelet, que decía que vivimos una revolución y que durante las revoluciones no siempre se ve cuál es el camino a seguir. En ese sentido tratamos de responder de forma razonable a cada desafío, y no sé si es el momento de hacer una gran propuesta total. Ahora es importante escuchar a todas las partes. Hay quien cree que en dos o tres años este dilema estará resuelto, pero a veces las cosas no evolucionan tan rápido.

- Es obvio que uno no sabe que le van a hacer ministro, pero, ¿nunca se ha arrepentido de haber dicho que para qué necesita la gente ADSL?
No, aquella frase respondía a unas circunstancias, cuando la publicidad de las compañías telefónicas consistía en promocionar el ancho de la banda, y se estaba negando una realidad, que ese ancho de banda servía para acceder a contenidos, muchos de ellos protegidos.

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30/03/2010 22:25:32