25/01/2021
El palentino Iván Escobar Cuesta ha participado del éxito de un buen número de series españolas. Periodista y profesor en la Universidad de Salamanca, fue allí donde conoció a varios profesionales vinculados al mundo de la televisión. Así empezó su carrera como guionista hace ya ocho años. Tras el éxito de Los Serrano y, más tarde, de los Hombres de Paco, Iván Escobar -hijo del pintor Fernando Escobar- trabaja ahora en El Barco, un éxito de audiencia en Antena 3. Lo entrevistó en El Norte de Castilla Analía Fernández.
-Parece que todo lo que toca lo convierte en éxito....
Ojalá. Creo que en la televisión no se puede hablar del trabajo de una sola persona, sino de un equipo. Mucha gente de Los Serrano se fue a Los Hombres de Paco y ahora está en El Barco. Y es precisamente el trabajo de ese equipo el que genera el éxito. Creo que es más la filosofía de una productora determinada que el trabajo o las ideas de una sola persona.
-¿Cómo se crea una buena serie de televisión?
Realmente, hay una máxima en este mundo que es que nadie sabe nada al respecto. Puedes intentar hacer el mejor de los guiones y en dos episodios dejar de estar en pantalla. Creo que en este sentido hay que ser egoísta y hacer series que le gusten a uno mismo. Se trata de que el producto que estás haciendo te enamore de alguna manera. El secreto del fracaso en televisión es intentar hacer un éxito.
-¿Qué necesita entonces una serie de televisión para ser un éxito?
Hay un guionista, Ignacio del Moral, que dice que en televisión, y especialmente en el 'prime time', no hay que echar a nadie. Para ello, pone de ejemplo el porno y la ópera. Cada uno de ellos discrimina a un tipo de público diferente. Una serie de éxito no tiene que molestar a nadie, de lo contrario, tendrás una cuota de pantalla muy baja. Aunque esto no siempre se cumple, pues encontramos casos como lo que acaba de ocurrir en La Sexta con 'The Walking Dead', una serie que en principio va destinada a un público minoritario y muy específico, y que sin embargo ha sido todo un éxito de audiencia. Es cierto que hay recetas del éxito, pero todas ellas pasan por hacer algo que te guste a ti y que pueda gustar, por ejemplo, a tus amigos.
-¿Garantiza un buen guion el éxito de un trabajo?
Nunca. Hay incluso escritores que se han pasado a televisión y fracasan estrepitosamente. La televisión en sí es un género. Desde hace muchos años era, aunque no sé si llamarlo así, un reducto de los restos del cine. Durante mucho tiempo ha sido un género muy maltratado. Ahora se ha revalorizado y ya no somos los desperdicios de otros géneros. Incluso tiene ya sus propios premios, sus guionistas, su equipo técnico… Ha dejado de ser algo minoritario y denostado. De hecho, mucha gente que hace cine se ha pasado ahora a la televisión, como es el caso de Martin Scorsesse.
-Algunos de sus compañeros señalaron directamente a las productoras por no apostar por determinados productos. ¿Es así o es el propio espectador quien determina la programación?
Es muy fácil criticar a una productora, pero si yo fuese el dueño de una y hubiese tenido que hipotecar mi casa, mi coche y todo para hacer una serie, es obvio que intentaría que fuese un éxito. En cierta medida hay que entender que hagan producciones que están más o menos seguros de que van a funcionar. También se pueden hacer producciones arriesgadas e innovadoras, pero está claro que el primer objetivo es buscar el éxito que rentabilice la inversión. Respecto al público, creo que juega un papel definitivo en esto. Nadie duda de que sin él no habría televisión, sin el espectador no hay nada. Él es el destinatario y casi quien tiene la última palabra. Por eso cuando hicimos 'El Barco' nos preguntábamos cómo recibiría la audiencia algo así y nos sorprendió ver el resultado. Evidentemente, el público es todo en televisión.
-Hablando de 'El Barco'. Consiguió el mejor estreno de una serie nacional en los últimos años, con una audiencia de 4.769.000 espectadores y un 23,4% de cuota de pantalla. ¿Qué le diferencia de otras series?
Hemos intentado apostar por una serie, en principio, arriesgada. Es arriesgada, objetivamente, pues podríamos habernos conformado con crear un gimnasio o una taberna, pero el sello diferencial y la marca de identidad era construir un barco. Fuimos a Valencia y alquilamos el Cervantes y Saavedra, y a partir de ahí, construimos un plató de 1.800 metros cuadrados, sobre los que creamos un barco de cuatro plantas. Es una serie de gran envergadura con la que pretendíamos arriesgar y sobre todo, entretener. No es una serie megalómana, sino que el objetivo era hacer una serie de aventuras. Intentamos crear una serie que todos podamos ver en casa con la familia y que conjugue un poquito de todo: amor, aventuras, traición…
-¿Alguna fuente de inspiración?
El 'background' de todo esto está en las novelas de Julio Verne y especialmente en La Isla del Tesoro. Todo el equipo ha bebido de estas aventuras y ahora hemos intentado plasmarlas en una serie de televisión con otros ingredientes.
© El Norte de Castilla - abc guionistas
21/02/2011 12:03:25
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