20/11/2010 - 18 usuarios online


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Daniel Monzón muestra sus películas favoritas en el Cinema Jove valenciano

Monzón
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El guionista y director Daniel Monzón, ha programado la sección Cuadernos de rodaje, con aquellas películas que más le han influido, en el Festival Internacional de Cine Cinema Jove, y este jueves se reunirá con el público local para charlar en torno a esas preferencias,

Antiguo colaborador de la revista Fotogramas y del programa de TVE Días de cine, Monzón se erigió en el gran triunfador de la pasada edición de los Goya, donde atesoró ocho estatuillas, con su cuarta película, Celda 211. Concretamente, las correspondientes a película, director, guion adaptado, actor, actor revelación y actriz de reparto.

En esta edición de Cuadernos de rodaje el director mallorquín ha elegido 15 títulos míticos que dejan traslucir una infancia maravillada que convirtió en su profesión. King Kong (Merian C. Cooper y Ernst B. Schoedsack, 1933) es, en palabras del cineasta, la película por la que hoy es director de cine, y de la, hasta ahora, última edad de oro del cine estadounidense, Tiburón (Steven Spielberg, 1975) es quizá el filme que Monzón más veces ha visto en su vida.

“Mi primera película, que realicé a la edad de nueve años, fue una versión animada de King Kong, que hice a mano en Cine Nic, y Tiburón fue la primera película que vi fotograma a fotograma, con la copia en 16 mm de la que disponía. Aquellos fueron mis primeros contactos con el celuloide”, ha declarado el director en el transcurso de Cinema Jove.

También abre un hueco a clásicos facturados en nuestro continente, como, M, el vampiro de Düsseldorf (Fritz Lang, 1931), El ejercito de las sombras (Jean-Pierre Melville, 1969), y Amarcord (1973), de Fellini, “uno de esos cineastas que le hacen a uno sentirse orgulloso del cine europeo”. Las tramas y atmósferas de la selección se pueden rastrear en sus cuatro películas como director, la citada Celda 211, La caja Kovak (2007), El robo más grande jamás contado (2002) y El corazón del guerrero (1999), así como en Desvío al paraíso (Gerardo Herrero, 1994), de la que escribió el guion.

El ciclo incluye obras de juventud de inquietantes cineastas contemporáneos, caso de Roman Polanski, El quimérico inquilino (1976), “un billete sin retorno a la paranoia”, y David Lynch, de quien ha escogido El hombre elefante (1980), una de las películas que más le ha hecho llorar.

Más difícil lo ha tenido para elegir una sola obra de Alfred Hitchcock y Orson Welles. Del británico ha escogido Frenesí (1972) “posiblemente la más cruda de toda la filmografía del maestro”, y del estadounidense, Sed de mal (1958), una de sus favoritas, “por su turbiedad, su atmósfera enrarecida, su fascinante forma de encuadrar y narrar, por su ambigüedad moral, por ese toque de maldad que cala tan hondo en la naturaleza humana”.

23/06/2010 21:45:33