25/10/2010 - 15 usuarios online
Ahora que está a punto de estrenarse “Atasco en la Nacional”, mi segunda película como guionista, creo que es un buen momento para repasar el proceso, no solo ya de su creación, sino de su transformación y posterior traslación a la pantalla.
En agosto de 2004, Josetxo Sanmateo, director de la película, y yo, nos encontrábamos trabajando en el guión de su anterior largometraje, “La Semana que viene (Sin falta)”, que estaba significando mi primera oportunidad para trabajar profesionalmente en este complicado medio. Tras unos días de vacaciones en la Manga, Josetxo me hizo entrega de unos cuantos folios en los que se encontraba el tratamiento de una historia titulada “Atasco en la Nacional”, y que se le había ocurrido en mitad del consabido atasco en su peregrinaje hacia la playa. A ver qué puedes hacer con esto, me espetó con su particular forma de expresarse. Como guionista novel, no podía hacer más que una cosa: entregarme en cuerpo y alma a convertir aquellas hojas en un guión cinematográfico.
Soy de la opinión que para llegar a ser guionista, sobre todo en este país, se necesitan tres cosas: talento, suerte y ganas. El talento es algo que tenemos casi todos, en mayor o menor medida. La suerte es algo que necesitamos, muy especialmente al principio. Y las ganas es algo que todos deberíamos derrochar, para no dejar escapar oportunidades y, sobre todo, para no desperdiciar las dos anteriores premisas. Así, en apenas un mes, tuve preparada la primera versión de “Atasco en la Nacional”.
Ese mismo verano, yo también había estado de vacaciones en la playa, lo que me sirvió de mucha ayuda a la hora de redactar el guión. En uno de los innumerables talleres a los que acudía cuando trataba de aprender este oficio, alguien me dijo que un guionista debía ser como una esponja, capaz de absorber cuanto sucede a su alrededor. No hay mayor verdad. Al comienzo de la película, no aparece el típico cartel que reza: Basada en hechos reales. Sin embargo, os puedo asegurar que “Atasco en la Nacional” está plagada de muchos momentos vividos por Josetxo y por mí. Y seguro que por casi todos vosotros. Desde el principio buscamos hacer partícipe al espectador de la historia que queríamos contarle, que se pudiera reconocer a sí mismo, y sobre todo, y lo que es más divertido, que pudiera reconocer a su vecino, a su compañero de trabajo, a su cuñada… Creo que, modestamente, lo hemos conseguido.
El guión cayó en manos de José Jacoste, un productor que se enamoró del proyecto y apostó fuerte por él. Junto a Alvaro Zapata y Ximo Pérez ha formado una terna de productores a los que siempre agradeceré el que confiaran en mí. También fue un honor que BERLANGA, con mayúsculas, se leyera el guión y nos diera un montón de divertidas apreciaciones y sabios consejos. Entre todos fuimos puliendo la historia, versión tras versión, siete en total, hasta que en Octubre de 2006, dos años después, se puso en marcha el rodaje. Aprovecho para mandar un saludo muy cariñoso a todos los actores, en especial a Anabel Alonso y Pablo Carbonell. No sólo han sabido representar perfectamente los personajes creados, sino que los han enriquecido y los han dotado de esos matices que son imposibles de escribir.
A estas alturas ya sólo queda el dictamen del público y la crítica. Si os soy sincero, me preocupa mucho más lo que diga el público. No escribí el guión de “Atasco en la Nacional” para ganar un Goya o para que una minoría de eruditos me controlen si hago bien el detonante, los giros y el clímax. Me conformo con que la gente vaya a verla y pase hora y media riéndose con las aventuras y desventuras de la familia Montoro. A veces nos olvidamos que el cine nació con la intención de entretener, de divertir. Yo lo he tenido presente en cada palabra del guión de “Atasco en la Nacional”. Espero que os guste. Tal y como está el cine español, no es contentarse con poco.
(*) Javier Muñoz es el guionista de “Atasco en la Nacional”, dirigida por Josetxo Sanmateo.
05/07/2007 09:59:28