26/04/2015
A los guionistas y realizadores franceses Olivier Nakache y Eric Toledano, que alcanzaron fama mundial gracias a la comedia humanista "Intocable / The Intouchables", les encantan los contrastes y los enfrentamientos entre los diferentes... con final feliz. Tras cerrar con ella el Festival de San Sebastián el año pasado, ahora estrenan comercialmente en España su última trabajo, "Samba", de nuevo con uno de los protagonistas de su gran éxito, Omar Sy, al frente. El intéprete de origen africano es Samba, quien llegó a Francia desde Senegal diez años atrás y siempre ha tenido trabajos de segunda. Por su parte, Alice (Charlotte Gainsbourg) es una directora ejecutiva que lleva unos meses muy estresada. Él está dispuesto a hacer lo que haga falta para conseguir el permiso de trabajo, mientras ella intenta dejar atrás su vida anterior, trabajando como voluntaria en una ONG. Ambos luchan para salir del callejón sin salida que son sus vidas... hasta que el destino los une.
- ¿Cómo nació la idea de construir una película alrededor de un inmigrante clandestino y una víctima de desgaste profesional?
Eric Toledano: "Samba" se construyó por etapas. A Olivier y a mí nos rondaba desde hacía tiempo la imagen de esos trabajadores con mandil a los que se ve fumando a la puerta de los restaurantes. Africanos, asiáticos, esrilanqueses tomándose unos minutos de descanso. Antes de rodar "Intocable / The Intouchables", escribimos un guion de una decena de páginas sobre el tema. Al principio, lo que nos inspiró fueron las imágenes: las imágenes cuentan vidas, destinos.
Olivier Nakache: En este sentido, la aventura de "Intocable / The Intouchables" nos puso en contacto directo –sin sufrir por ello, al contrario– con lo que podía ser el fenómeno del desgaste profesional, del agotamiento, de la falta de horarios y fines de semana. Empezamos a documentarnos sobre este fenómeno cada vez más frecuente. Sobre las mujeres y los hombres que se desploman bajo la presión de los resultados; aquellos para los que el trabajo devora todo lo demás…
- De ahí la idea de provocar la colisión entre estos dos personajes…
E. T.: Eso surgió de forma natural: en realidad es el mismo tema: nuestra relación con el trabajo, de lo más bajo a lo más alto del escalafón. Por un lado está Samba, un trabajador clandestino que se fue de su país y que ahora intenta regularizar su situación para poder cumplir con una oferta de trabajo que ha recibido. Por otro lado, Alice, una ejecutiva que lo tiene todo para ser feliz, pero que está sobrecargada de trabajo y ha reventado. El trabajo es el valor supremo para ambos, pero cuando se conocen van a descubrir nuevos horizontes e intentar encontrar un camino hacia la felicidad distinto del que impone el mundo del trabajo y del éxito social. ¿Es el trabajo el sentido último de la existencia? Nos gustaba mucho la idea de plantear esta cuestión abiertamente.
- También se inspiran ustedes en el libro de Delphine Coulin "Samba pour la France"…
O. N.: Nos sirvió de base. Nos hicimos con él y lo que aportamos fue el personaje de Alice, que en la novela no existe. En "Samba pour la France", una narradora –Delphine Coulin– cuenta la historia de Samba a través de su experiencia en una asociación que se ocupa de ayudar a los inmigrantes. Nosotros quisimos definir mejor este personaje: Eric y yo deseábamos llevar a la pantalla una auténtica pareja de cine, cosa que nunca habíamos hecho antes.
- Con la descripción del descenso a los infiernos de Samba, plantean ustedes un problema social delicado…
E.T.: En realidad lo que hemos hecho es ponerle un rostro a las estadísticas. Abordar el aspecto político del problema no es nuestro trabajo, como tampoco lo es comunicar un mensaje. Lo que sí permite el cine es que el espectador descubra, a través de unos personajes y de su vida cotidiana, un mundo que en muchos casos sólo conoce a través del debate público y de los medios de comunicación. Y a partir de ahí, esto puede dar pie a reflexionar de otra manera.
O.N.: Esta historia nos ofrecía la ocasión de mostrar un mundo por el que el cine francés no se ha interesado mucho hasta ahora: andamios, obras, centros de separación de residuos, fondos de cocinas, imágenes de esos jóvenes de los andenes de Aubervilliers que esperan a las cinco de la mañana a que los jefes de las obras les contraten para la jornada… Hemos querido filmar a estos trabajadores invisibles de ahora en sus ambientes.
- En la película, el cambio de tono es continuo: navegan ustedes constantemente entre dos aguas, drama y comedia.
E. T.: Sí, como en la vida real… Es lo que nos gusta ver en el cine, y lo que siempre intentamos reproducir. A imagen de la vida, en nuestras películas buscamos esa transición perpetua entre el humor y la emoción, entre los momentos de felicidad intensa y la aventura más trágica, entre la comedia y el drama. Y en cierto modo esa mezcla de géneros es una forma de sorprender, y eso es algo fundamental para nosotros como espectadores, y más aún cuando se es director.
- En su película enfrentaban ustedes a un gamberro de barrio con un rico empresario discapacitado; en "Samba" reúnen a un inmigrante sin papeles con una joven ejecutiva psíquicamente frágil. ¿De dónde les viene ese afán de reconciliar los extremos?
E.T.: Reconciliar, quizá no, pero hacer que se conozcan y ver qué pasa, ¡sí, es verdad! A lo mejor algún día nos hacemos un psicoanálisis para entender la razón de ese afán… ¿Es porque la sociedad nos parece cada vez más dividida, más crispada, cada vez más comunitarista? Y además, esos encuentros inesperados son tesoros de humor y emoción para el cine. No tenemos por qué dar el monopolio de la palabra al discurso del odio. Y además, la última vez que llevamos a la pantalla ese mensaje de reconciliación, nos dimos cuenta de que mucha gente lo necesitaba, que se identificaban con él.
- ¿Supieron desde el principio que Omar iba a formar parte de la aventura o temían que les reprocharan el hecho de recuperar al actor del éxito de "Intocable / The Intouchables"?
O.N.: Aparte de nuestra amistad y de los lazos personales que nos unen, nuestras ganas de trabajar con Omar permanecían intactas.
E. T.: Tanto más cuanto que al recoger su César, Omar, con el que siempre hemos tenido una relación muy púdica, declaró públicamente, mirándonos directamente a los ojos, que esperaba que nuestra colaboración continuara. Unos días después nos volvimos a ver en una cafetería y le dijimos: "Si tú estás dispuesto a hacer otra película, nosotros también". A partir de entonces, lo que nos interesó fue saber con quién lo íbamos a emparejar. Omar es un actor de reacciones. El personaje de Samba es muy distinto de Driss, el de "Intocable", es más sensible, más tímido, más frágil. Tenía que estar rodeado de delicadeza y sutilidad. ¿Y quién mejor que Charlotte Gainsbourg para encarnar esas dos cualidades de forma palmaria?
O.N.: Nos apetecía mucho trabajar con ella. Eric y yo planeamos nuestros repartos y hablamos con los actores antes de empezar a escribir nuestros guiones: "Y si escribiéramos sobre este tema, ¿cómo reaccionarías?".
abcguionistas con información de A CONTRACORRIENTE FILMS
26/02/2015 00:31:18
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