13/12/2010 - 12 usuarios online
Un año antes del cambio de siglo, el canal colombiano RCN programó la telenovela Betty, la fea, escrita por Fernando Gaitán. Casi sin saberlo, se había puesto en órbita el culebrón que cambiaría el modus operandi del género. Así lo entiende Catalina Murillo, guionista que esta semana impartió el taller de guion de telenovela contemporánea dentro del Festival Vivamérica en Madrid, informa el diario Público.
"Betty mostró por primera vez una serie de guiños hacia el género. Era un culebrón que se reía de los culebrones. Y los personajes eran una caricatura de lo que habían sido hasta ahora", explica Murillo.
Este cóctel, unido a la explotación del paradigma del patito feo, que también funcionó, hizo que ante el televisor se sentara un target de espectadores mucho más amplio . El culebrón empezó a gustar "incluso al que iba con ínfulas de intelectual" , apunta Murillo.
Otra serie que ayudó a la modernización del género fue Pasión de gavilanes, emitida por primera vez en 2003 por la también colombiana Telemundo. En esta ocasión la clave fue poner el universo masculino como máximo protagonista. Por la pantalla desfiló un tropel de hombres descamisados que atrajo de forma irremediable a mujeres y gays. Las temáticas seguían siendo las mismas, pero la serie "empezó a revertir lo intocable y dar un punto de malicia a los personajes. Éstos antes eran moralmente muy íntegros", aclara Murillo.
A pesar de estos cambios, la guionista insiste en que el culebrón aún mantiene el pilar en el que se sustenta su éxito: el compromiso de cumplir la promesa. "Al final, Betty se tenía que volver guapa. Es la ley del culebrón".
© Público / abc guionistas
08/10/2008 20:33:42