28/07/2017
Procrastinar es postergar actividades o tareas que se deben hacer por otras que causan más placer. Según un estudio de la Universidad de Colorado, hay algunas personas que son más proclives a procrastinar que otras, y los guionistas –y autores en general– suelen pertenecer al grupo de los que se dejan llevar y posponen el trabajo. Esto tiene una explicación científica y se encuentra en el cerebro: tal y como cuenta el psicólogo Timothy A. Pychil, la toma de decisiones se realiza en la corteza prefrontal del cerebro y cuando la decisión no se toma plenamente consciente, el cerebro opta por la opción más divertida, la que genera dopamina.
Afortunadamente, a diferencia de los animales que se mueven por impulsos, el ser humano es capaz de controlar sus acciones voluntariamente y se puede trabajar para disminuir la procrastinación y aumentar la productividad. Solo hace falta una dosis de autocontrol y motivación. Para comenzar, se puede seguir el consejo del propio doctor Pychyl y evitar la satisfacción a corto plazo sustituyéndola por el pensamiento de bienestar que producirá acabar una tarea prevista. Para llevar a cabo esto, es importante empezar eliminando los distractores como pueden ser el teléfono móvil o las redes sociales.
El secreto de la productividad, según afirma el psicólogo y director de Abcguionistas Valentín Fernández-Tubau, está en encontrar un equilibrio biopsicoemocional. Si trabajamos intelectualmente, por ejemplo, hay que buscar periodos de refresco emocionales o físicos, no intelectuales. Si el trabajo es físico, entonces el descanso debe ser intelectual o emocional. Combinar estos tres elementos de manera eficaz puede ayudar a elevar la productividad, y para conseguirlo hay que desarrollar la habilidad de autobservación y extraer información de los resultados. Vislumbrar, por ejemplo, si se es más productivo por la noche o a primera hora de la mañana, o si se puede ser capaz de escribir después de una comida muy copiosa sin que entre sueño.
Un objetivo a alcanzar es establecer la escritura como un hábito y para ello, es necesario escribir todos los días. Al principio supondrá un esfuerzo muy grande, pero poco a poco el hábito se va convirtiendo en una necesidad y se traduce en casi un acto automático. El famoso guionista americano Jerry Seinfeld's tiene un método para ello, se llama “Don't break the chain”. Cada mes de enero coloca un calendario con 365 casillas y se propone escribir todos los días, tachando según pasen. El objetivo es no romper la cadena ni un solo día. En la misma línea, la autora Dorothea Brande, en su libro Becoming a writer, propone levantarse todos los días media hora antes de lo normal y escribir de manera automática, sin juicios ni objetivos, solo como ejercicio.
Hay muchas acciones que se pueden llevar a cabo para aumentar la productividad: organizar el día la noche antes, hacer listas, marcar objetivos, descargar aplicaciones específicas, fijar calendarios, darse recompensas, trabajar con otras personas, obtener consejos de expertos... pero si no se consigue aumentar el ritmo y la procrastinación persiste, tampoco hay que desesperar. De hecho, la guionista de televisión, Julia Gil, impulsa a sus alumnos a procrastinar: como un camino hacia la inspiración y la creatividad. En ocasiones, haciendo actividades agradables y que relajan, aparece la chispa que se necesita para la otra tarea que cuesta más arrancar.
16/10/2015 15:08:58
Si te ha sido útil la noticia y deseas compartirla con más personas puedes hacerlo desde aquí, pulsando los botones.