18/06/2017
El director de Abcguionistas, Valentín Fernández-Tubau, hace el siguiente experimento durante sus clases de guion: antes de arrancar la charla pregunta cuántos de los asistentes han visto más de cien películas. La respuesta es arrolladora; todos levantan la mano. La siguiente pregunta es cuántos han leído más de cien guiones. Alguna vez se levanta alguna mano tímida, pero por lo general la respuesta es que ninguno de los participantes lo haya hecho. Resulta sorprendente que en una audiencia de guionistas potenciales no se lean guiones.
Ver películas es un buen ejercicio para guionistas, pero “leer películas” es un ejercicio todavía mejor. No hay que olvidar que una película y un guion tienen lenguajes diferentes, -uno es audiovisual y otro textual-, y si se quiere aspirar a ser guionista, aunque suene obvio, hay que dominar los elementos del guion. Pero además, hay que tener en cuenta que el guion es un texto especial que no se parece a otros textos como las novelas o los cuentos. Precisamente porque es una herramienta que se va a convertir en película, el guion tiene unas particularidades únicas: debe estar escrito para ser traducido en imágenes y tiene un formato muy particular.
Por tanto, para conocer todos estos elementos específicos del guion, la mejor manera es leer guiones, no ver películas. Una de las teorías más extendidas en la psicología del aprendizaje es la de que como mejor se aprende es por el método de la imitación. La primera persona que habló de este tipo de aprendizaje, llamado también aprendizaje vicario, fue el psicólogo canadiense Albert Bandura, que siempre ha defendido el aprendizaje activo, (conocimiento que se adquiere haciendo cosas). El ejemplo más claro está en la educación de los niños en sus primeros años, que interiorizan todo observando, imitando y repitiendo las acciones de sus padres.
El primer paso para hacer una película es escribir aproximadamente cien páginas de un guion, y para conseguirlo se pueden seguir muchos caminos: ir a talleres de escritura, leer manuales de guion y también, cómo no, leyendo y transcribiendo guiones. Buenos y malos, porque de todo se aprende. De los buenos se aprende lo que hay que hacer y de los malos, lo que no.
La lectura de guiones, por tanto, es una actividad esencial para el aprendizaje de la técnica, pero se puede dar un paso más y convertirlo en un profesión. El lector de guiones es una figura que existe en muchas productoras y que funciona como primer filtro para seleccionar las mejores obras que llegan a una compañía. Como dice T. L Katanh en su libro Reading for a living, la lectura también puede ser una manera de ganarse la vida.
En Estados Unidos tienen absolutamente interiorizada la necesidad de leer guiones y es muy fácil encontrar en internet decenas de páginas web donde encontrar guiones en formato online para su lectura. Desde clásicos como Casablanca hasta últimos éxitos de taquilla como Birdman o Star Wars se pueden encontrar con un sencillo rastreo en Google. Eso sí, en inglés. En castellano es más complicado, pero en los últimos meses están surgiendo diferentes propuestas para fomentar la lectura de guiones en español como la iniciativa “70 Teclas” del sindicato ALMA, la publicación de algunos guiones punteros por parte de Bloguionistas, el Club de Lectura de Guion de Abcguionistas -en el que se incluyen incluso distintas versiones un un mismo guion- y la plataforma Biblioautor, biblioteca virtual de autores, directores y productores, que permitirá la lectura, votación y reseña de guiones tanto producidos como no.
Laura Bermejo / Abcguionistas
03/04/2016 11:56:44
Si te ha sido útil la noticia y deseas compartirla con más personas puedes hacerlo desde aquí, pulsando los botones.