12/12/2010 - 17 usuarios online


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La guionista Lola Salvador acusa de Hollywood de ahogar al cine español, cuya industria es "muy casposa"

Salvador
Salvador

«Hay quien quiere escribir sobre el corredor de la muerte de Mieres. Y eso es porque la gente piensa que el cine es sólo americano». Lola Salvador, guionista y productora de cine, arremetió ayer en Avilés contra el predominio del cine americano, que limita otras formas de expresión y la proyección de películas del resto de países. «Por ejemplo "La torre de Suso" gustó más en San Sebastián que el 90 por ciento del cine americano. Pero casi no dio tiempo a verlo, por lo rápido que lo quitaron de los cines», indicó. Entre sus trabajos destacan los guiones cinematográficos de «El crimen de Cuenca», «Bearn o la sala de muñecas» y «Las bicicletas son para el verano», además de novelas y proyectos para radio y televisión.

Sin embargo, la salud de la cinematografía española es buena, dice Salvador, en declaraciones recogidas por La Nueva España, porque hay «mucho talento», pese a lo que digan las taquillas de los cines. «Se hacen espléndidas películas que no tienen espacio en las pantallas». Eso es también por lo de antes: «Estamos completamente avasallados por el mercado americano». Y eso que, en calidad, España no va a la zaga. «Hacemos 100 películas al año, de las que 20 son estupendas, interesantes, divertidasÉ Y el mercado americano no hace 80 buenas películas anuales».

La solución que ve ella es que España cierre filas con su cine, siguiendo el ejemplo de Francia, y no permita doblajes, potencie económicamente su industria, y los espectadores aprendan a valorar más el producto patrio. Las series de televisión, por el contrario, tienen el «permiso» de la Asociación de Productores de EE UU para salir adelante. «Van muy bien, porque ese mercado nos lo han dejado». En general, dice, a los españoles les falta valorar más lo que les es propio.

Lola Salvador será una de las profesoras del posgrado de Producción y Escritura para Televisión, que se imparte en el Centro de Servicios Universitarios de Avilés. Y sí, ella dice que se puede enseñar a hacer guiones, lo que no quiere decir que la gente lo aprenda. «Tiene un elemento de oficio muy claro y concreto, pero también necesitas tener ciertas aptitudes». Esas aptitudes, aclara, están relacionadas con los contadores de historias. «Un guionista de cine, por ejemplo, es un bicho raro, una mezcla de director y cineasta. Pero es un escritor». Lola Salvador considera que aquello que es útil para hacer una película tiene, al final, que describirse con palabras, tanto las imágenes como los sucesos del mundo imaginado. En la televisión cuenta más el referente teatral, con menos escenarios y más diálogo. «El cine va más allá, apela al inconsciente y cuesta más agarrarlo, aunque las nuevas generaciones nacieron con el cine y de manera automática narran con imágenes».

Dedicada hasta la médula al cine, Salvador no escatima críticas al séptimo arte. «Se han hecho cosas magníficas en el poquito tiempo de historia del cine, pero el 80 o 90 por ciento es pura basura», sentencia. Y se pone a imaginar cómo será hacer ese balance del primer siglo de historia del teatro o de la poesía. «Lo cierto es que el cine ha recogido gran cantidad de referentes anteriores, una carga que permite grandes posibilidades y se logran cosas estupendas, pero también hay mucha bazofia».

El guionista ahora, o antes el narrador de historias, siempre ha tenido un papel especial en la sociedad. Es, dice ella, «el poder de la seducción, de hacerse entender, de expresarse». Por eso considera que todo el mundo debería saber utilizar los recursos cinematográficos y audiovisuales. «Realmente es el lenguaje del momento, y el que ya está utilizando todo el mundo, pero sólo como receptores. Sería fundamental la formación en los colegios sobre el cine, para ser buenos espectadores y saber expresarse con esos medios», considera. La revolución tecnológica permitiría ese uso cotidiano del lenguaje audiovisual. «Que la Universidad se ocupe de esta formación es estupendo», añadió en relación al curso en el que ella participa como profesora.

Es un tópico aquello de que una imagen vale más que mil palabras, un tópico ante el que los guionistas responden que es cierto «si antes se han escrito las mil palabras», asegura Salvador. Y es, en cualquier caso, discutible. «Una imagen puedes olvidarla, una bofetada de tu madre acompañada de las palabras "no te quiero" es más fuerte que nada». Y utiliza el símil de la música: de nada sirve una orquesta si no hay alguien que antes escriba la partitura. «Sin los guionistas no existe la posibilidad de la industria cinematográfica».

Lejos de la actualidad estaría la conversación si no saliera a relucir la huelga de guionistas en Estados Unidos. «Están peleando por los nuevos derechos de autor, en los nuevos soportes de explotación. Nosotros también estamos batallando para que se pueda cobrar por la explotación de la obra».

¿Pero aquí también habrá huelga? Salvador responde que es una posibilidad, porque no es justo que una revista reparta un millón de ejemplares de una película sin que el guionista reciba nada. «Los sindicatos americanos son muy fuertes, y por eso se organizaron. En España es más complicado, la industria es más casposa, y de ir a la huelga los primeros serían los guionistas de televisión, que están muy mal pagados, explotados, y, al final, mueven mucho dinero».

© abc guionistas

23/01/2008 16:38:04