25/10/2010 - 18 usuarios online
Por Javier Rebollo *
Rosa oye un pitido en el oído todo el rato. Lo único útil que han sabido "recetarle" los médicos es que se ponga la radio o la televisión muy alta para enmascararlo. Es un pitido agudo, incomodísimo y constante. Rosa oye el pitido desde hace ocho años. Nadie ha sabido decirle de dónde viene: el otorrino de la Seguridad Social, después de una audiometría que tardaron meses en hacerle, le ha dicho que tiene un oído finísimo y le ha mandado al neurólogo, y el neurólogo al psiquiatra, y el psiquiatra le ha recetado tranquilizantes y que se ponga la radio muy alta. Rosa (Carmen Machi) es la protagonista de "La mujer sin piano"; el pitido en el oído, que clínicamente se llama acúfeno, es el mío.
Los ruidos de la vida cotidiana, organizados en una película, son música, pero, desde hace treinta y dos meses, una semana y dos días, para mí no existe el silencio. Lo que no he podido arreglar en la vida he tratado de sublimarlo en el cine: a Rosa le he adjudicado el pitido en el oído que es mío, y que ahora, mientras escribo, como siempre, me acompaña.
Uno no sabe dónde le están esperando las películas. Yo no soy un director intelectual, no parto de ideas ni de tesis; mi pensamiento es fundamentalmente visual (y sentimental). Acúfenos aparte, "La mujer sin piano", como todo lo que he rodado, comienza con una imagen cifrada: una madrugada, al regresar de un viaje, cuando salía de la Estación Sur de Autobuses de Madrid, caminaba hacia mi casa cuando me crucé con una mujer agarrada a una maleta y a un bolsito camino de la estación cerrada. Esa imagen, y ese sonido, el de una mujer caminando por en medio del asfalto, y sus tacones reverberando en el silencio de la noche de un día laborable, para mí, desde entonces encierran un misterio. Escribir y rodar la película es tratar de desentrañarlo, de revelarlo; algo que casi nunca se consigue.
El placer de estar con Carmen Machi y con Jan Budar, de modelar sus cuerpos, y componer juntos sus personajes ha sido otra de las razones fundamentales para rodar La mujer sin piano. Y es que si esta película se puede leer como el intento de dos cuerpos por aproximarse, yo creo que también trata de un director trabajando como un escultor o un cirujano sobre el cuerpo de sus actores, para dar al final con dos composiciones opuestas, radicales y bellas. Dolorosas y humorísticas.
(*) "La mujer sin piano", que se estrena el próximo viernes, es el segundo largo de Javier Rebollo ("Lo que sé de Lola"). Fue premiado en el AFI Festival de Los Angeles y concursó en San Sebastián, donde logró la Concha de Plata al mejor director. Actualmente, Rebollo, también cortometrajista y realizador de documentales en televisión y cine, prepara un nuevo largometraje escrito junto a Lola Mayo y Salvador Rosselli, que rodará en Argentina.
© Avalon-abc guionistas
25/01/2010 19:50:22