25/10/2010 - 21 usuarios online


Noticias de guión

Joann Sfar escribe sobre "Gainsbourg (Vida de un héroe)"


"Gainsbourg"

Por Joann Sfar *

Algunos artistas escogen a sus maestros dentro de su misma disciplina. Yo no. Mi maestro siempre ha sido Gainsbourg y como no quería ofenderle dedicándome al mundo de la música, opté por hacerme dibujante. Cuando abandoné Niza, para trasladarme a París, tenía un objetivo en mente: conocer a Serge Gainsbourg. Creía que, como yo le adoraba, a él también le gustaría encontrarse conmigo. Al principio quería hacer un cómic basado en Evgueni Sokolov, una de las novelas de Gainsbourg. Sin embargo, un mes después de mi llegada a París, Gainsbourg murió.

Pintores judíos, músicos de tradición folk de Europa del Este y todas mis novelas gráficas me han puesto en el camino a Gainsbourg. Mi película es muy fiel a su vida, pero no se trata de un simple biopic. Mientras seguimos los pasos de Gainsbourg, descubrimos todo tipo de rincones y mundos clandestinos.

Mi película no incluye imágenes pornográficas, indecentes u obscenas, aunque sí aparecerán varios personajes que mostrarán sus vulnerabilidades y que parecen comunicarse mejor estando en posición horizontal.

Tampoco quiero que mi película hiera a nadie. Me gustaría que los herederos de Gainsbourg se sientan orgullosos. Mi principal intención es abordar la historia de un gran poeta. A Gainsbourg le gustaba vivir al límite, pero sólo un tonto pensaría que detrás de todos sus actos, solo había cinismo. Esta es la historia de un hombre tímido, acomplejado, que se protege a sí mismo lo mejor que puede.

Quise hacer una película en la línea de "Ray" (Taylor Hackford; 2004) o "En la cuerda floja" (James Mansgold; 2005). No hay grabaciones originales de Gainsbourg. Ni jazz, ni música hortera. Todo ha sido re-hecho, re-trabajado, re-cantado y es impresionante. Los nuevos temas no fueron superpuestos a capón con las imágenes. Los diálogos, la música y la imagen deben estar en armonía.

La película comienza en París, con un pequeño Gainsbourg andando bajo la lluvia con la estrella judía en su solapa. Aterrado, al escuchar el espeluznante ruido de las botas militares, se esconde en un callejón para transformar su símbolo judío en una estrella de sheriff.

Queda patente que desde sus comienzos en la pintura hasta en su posterior carrera musical, Gainsbourg hizo gala de un sobrio romanticismo. Todo lo que emprendía lo hacía de un modo delicado, aunque a menudo daba muestras de cierta agresividad.

Somos testigos de lo que le costaba componer una canción y defenderla cada vez que sacaba un nuevo álbum. Gainsbourg tenía el coraje de escribir lo que los jóvenes querían escuchar. De los compositores contemporáneos Gainsbourg es a la vez el más clásico y el más moderno de todos. Alcanzaba cotas altísimas de popularidad que bajaban rápidamente con sus apariciones promocionales en televisión. Los artistas experimentan una gran sensación de tristeza al verse obligados a ser graciosos delante de los espectadores, cuando en realidad, lo único que buscan es un oído amigo, una sonrisa de complicidad y unos brazos dispuestos a abrazarles.

Gainsbourg me seduce por su coraje y su vulnerabilidad extrema. Me encanta el sonido que hacen sus Repetto blancos al caminar y que, aunque fuera haga un frío terrible, no se ponga calcetines. Adoro su obsesión por el cine, el dibujo y la pintura y que el hecho de no poder alcanzar el éxito en estas disciplinas, le haga enfadarse.

"Gainsbourg (Vida de un héroe)" no es un relato historiográfico ni una película de anécdotas. No, mi película simplemente narra la historia de un mito moderno. Creo que ningún libro o película ha profundizado lo suficiente en las cualidades de la persona de Serge y yo quiero hacerlo.

Conozco la vida de Gainsbourg como la palma de mi mano pero no quise hacer una película "realista" ni "periodística". Quise crear una especie de fábula rusa, una leyenda moderna. Aquellos que hayan leído mis libros "El gato del rabino", "Pascin or Klezmer" encontrarán reunidas en esta película todas mis obsesiones: el amor como remedio para todo, la tragedia y el absurdo propios de los poetas eslavos, la ironía omnnipresente y las criaturas sobrenaturales con aspecto de haber salido directamente de un cuadro de Marc Chagall.

Esta película está llena de mentiras porque me encantan las mentiras. Así es como creo que debe crearse una obra modesta: mintiendo, siempre mintiendo. Antes de abordar un proyecto, siempre realizo un amplio trabajo de investigación para después, voluntariamente, olvidar la mitad de lo que he descubierto. Elijo al protagonista y lo convierto en un héroe legendario. Ya se han hecho retratos malos, poperos y que muestran a Gainsbourg como un obseso sexual. El mío será ruso, un héroe salido de un relato de Isaac Babel, Gogol o el mismísimo Dostoyevsky.

Me gustaría que esta película llegara a un público no familiarizado con Gainsbourg, a todos aquellos que, además de descubrir su interesante vida, le vean como un arquetipo moderno. Si entendemos la heroicidad tal y como la entendían los griegos, creo que Gainsbourg es más héroe que Superman, porque un verdadero héroe es aquel que muestra a su público pequeños retazos de sí mismo, como hizo Prometeo.

A pesar del reto que conlleva la película, y aunque soy consciente del peso que llevo sobre mis hombros, me gusta tener esta responsabilidad.

(*): Joann Sfar nació el 28 de agosto de 1971 en Niza. De orígenes judíos, publicó su primer comic en 1994. Su firma aparece en 150 tebeos, algunas novelas y películas de animación, y la "biopic" del cantante y compositor francés Sérge Gainsbourg es su opera prima.

© Avalon-abc guionistas

08/07/2010 23:00:39