16/04/2014
Algunos presentes y muchos ausentes de eventos como el que el 18 y 19 de octubre se celebró en Bilbao, el ya famoso "Encuentro de Guionistas" puesto en pie el Forum de Asociaciones de Guionistas Audiovisuales (FAGA) y por el sindicato de guionistas ALMA, se preguntan acerca de su sentido real. Celebrados en España una vez al año con la colaboración de un importante número de entidades, entre ellas abcguionistas, - anteriores convocatorias se localizaron en Valencia y en Madrid, respectivamente - estos encuentros son afines a otros de mayor calado como la Conferencia Mundial de Guionistas, cuya segunda edición, en 2012, se celebró en Barcelona. Pero, yendo al núcleo de la cuestión: ¿tienen alguna utilidad práctica?
Se argumenta, en ocasiones, que pocas son las soluciones reales y tangibles que se derivan de las disertaciones y mesas redondas que se presentan en ellos. Sin embargo, pese a esta aparente falta de pragmatismo, hay que reconocerles un valor extraordinario, ya que al menos cumplen tres funciones esenciales.
La primera a señalar es que funcionan a modo de pegamento social. Nos conocemos, nos contamos, nos inspiramos...
Viene al caso recordar que hace ya más de una década fui, quizá, una de las voces más críticas con el equipo directivo encabezado por Ángeles González Sinde en el sindicato de guionistas ALMA, porque no veía una progresión lo suficientemente veloz en la consecución de las metas de nuestro colectivo. A día de hoy, dejando descansar por un momento los lápices afilados, sería injusto no reconocer dos hechos: 1) en la actualidad, el progreso hacia nuestras metas como colectivo sigue pareciéndome tan lento como en su etapa, y 2) en aquella época se llevó a cabo algo que no he visto repetido de igual manera en posteriores mandatos, ni siquiera durante los ocho años en que formé parte de la junta directiva de dicha entidad: las cenas lúdicas de guionistas.
¿Utilidad? A muchos de mis actuales amigos profesionales del guion los conocí en esas cenas cuya finalidad era meramente la de encontarnos y pasar un buen rato juntos. Ni siquiera había charla informativa. Puro salir, cenar, y después, lo que se terciara...
Ese espíritu de interconexión emocional, tan importante para formar vínculos más allá de las relaciones formales o profesionales, es parte del testigo que han sabido recoger bien los encuentros de guionistas.
El segundo valor excepcional, lo añade precisamente la concentración informativa.
Como organizador de un buen número de programas académicos, soy consciente de lo difícil que es reunir a un gran conjunto de profesionales de primera fila como se hace en este tipo de encuentros. Gracias a una labor titánica de coordinación se puede proporcionar un buffet de lujo en el que cada ponente cuenta y reflexiona sobre los ángulos experimentados en su rica trayectoria, y donde los asistentes tienen exquisitos platos intelectuales a elegir, sin peligro de indigestión por glotonería.
El tercer aspecto a resaltar es el que precisamente se planteaba como tema en el encuentro de este año: la visibilidad del guionista.
Ha sido evidente la presencia mediática que ha servido para que el guion estuviera presente incluso en el cerebro de muchos de los que ignoran la existencia de tinta en sus obras favoritas.
Puestos a pedir, la guinda roja del pastel sería sumar a todo esto un conjunto de valores prácticos que elevaran los efectos a un nuevo cielo. Concretamente, a sumar:
1) el establecimiento de metas colectivas a un año vista.
2) la propuesta y debate de estrategias y planes para conseguirlas.
3) la explicación de los frutos, rendimientos y progresos de las metas del año anterior.
Este trío de deliciosas golosinas sin restricciones territoriales ni asociativas, resaltaría la actividad del gremio a los ojos de los que desean iniciarse en este campo lleno de aventuras más allá de las letras, pero también a los de cualquiera que ya lleve carretera. A su vez, haría las veces de jefe de desarrollo o coordinador del guion colectivo, verificando que la evolución de los caminos propuestos hubieran progresado hacia destino, o haciendo las propuestas de ajustes convenientes y necesarios para llevar las metas a buen fin.
Sin este rendimiento de cuentas, es muy probable que el guion colectivo tenga un final tan lejano como el del que escribe el guionista al que nadie le exige una línea. Solo la autodisciplina férrea puede salvar tal escollo. Pero es que, además, este rendimiento popular de cuentas, debe convertirse en alimento de activación de nueva savia, generar torrentes de sangre en las venas, afluentes de ganas de poner en marcha la energía necesaria para fomentar los cambios que se estimen convenientes desde la proactividad conjunta.
Hasta que esas mieles nos endulcen, más allá de las labores ejecutivas que sindicatos y asociaciones de guionistas deben cumplir en todas las geografías donde se organicen, y más allá del deber de explicar sus éxitos y sus fracasos a sus filas, prestaremos mucha atención a otras iniciativas dirigidas a romper los bozales de la palabra y a desgarrar las orejas de los que deben escuchar.
Por consiguiente, tenemos que celebrar documentales como el seleccionado en la SEMINCI de Valladolid “Writing heads: hablan los guionistas”, dirigido y producido por Alfonso S. Suárez e impulsado por el sindicato de guionistas ALMA, o como "La pantalla herida", dirigido y producido por Luis Ferrández, obras que ayudan a que el guionista salga de un armario de inhibición mal confundida con modestia o humildad, y así pueda contar lo que el guion y el cine necesita desde la perspectiva de los creadores germinales de todo lo que llega a existir en el mundo audiovisual. Impropio sería que, en esta ocasión, enmudeciéramos y renunciáramos a ser su óvulo y su semen a pesar de serlo en todas sus obras.
Por tanto, ¡que existan muchos encuentros más! Que en los encuentros autóctonos lleguemos a ofrecer las guindas, y que al saborearlas, su rojo se confunda con el que riega las venas de la proactividad. Que en los encuentros mundiales, se siga la misma tónica, sumando, además, al guionista de la América hispanohablante; y que este lo exija, porque no se puede ignorar a un colectivo de guionistas tan importante como el que corresponde a la América Latina. ¡Que se multipliquen los encuentros de los guionistas a nivel local e internacional y que el color de sus frutos no pase desapercibido a nadie!
Hasta que esos momentos lleguen, brindemos por los placeres del mañana, mientras preparamos su llegada, porque esta solo dependerá de lo que hagamos hoy, aquí y ahora, cada uno de nosotros.
01/11/2013 19:51:47