30/10/2020


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Michel Gaztambide habla del oficio de guionista

Michel Gaztambide
Michel Gaztambide

El guion no es un arte, es un oficio”

Hay personas que se atreven a vivir sueños que nadie se atreve a soñar. Aún a riesgo de ser tachados de ingenuos, candorosos o cautivos de la realidad, se esfuerzan por vivir la vida que han soñado y a la vez sobrevivir en un mundo hostil a la expresión personal: me refiero a las personas que intentan abrirse camino en el farragoso mundo de la industria del arte y lograr algo casi impensable: disfrutar, vivir y sobrevivir con su trabajo. Hay pocos, uno de ellos; Michel Gaztambide, guionista de películas tan carismáticas como "Vacas", "La Caja 507" y "La Vida Mancha".

Michel Gaztambide: Tan alto como sencillo, se diría de él, a simple vista, que parece un profesor de instituto algo despistado con un –cinematográfico- gusto por el tabaco y la conversación. Aunque él rechace casi con vehemencia la esencia artística del guion e intente dar el tipo de persona normal, no puede evitar brillar de una forma especial ni ocultar que detrás de esa fachada de "trabajador del guion" se esconde un poeta que un buen día se enamoró del material del que están hechos los sueños: el celuloide.

 

¿Cómo se produce tu llegada al universo del guion?

Cuando yo empecé aquí no había escuelas de cine, y como tampoco tenía medios para ir a otro país para estudiar, empecé de autodidacta, viendo películas, reuniéndome con otros amantes del cine y estudiando las películas, cómo funcionaban. Me compré un guion de Fellini, y de ahí aprendí cómo se escribía un texto cinematográfico…

 

¿Cómo fue la creación de tu primer guion “Chatarra”?

Yo solía –y suelo- escribir también poesía. Por aquel entonces tenía una historia que creía que más que para una poesía era para una película, así que escribí la historia en formato guion.

Luego lo presenté a un concurso, aquí en Bilbao y gané el premio al mejor guion con Chatarra, lo que fue luego una película de Félix Rotaeta… y luego pues coincidí con Medem, al que se le veía talento, me vino con una idea algo extraña “un hombre que lanza un hacha a 25 metros de distancia y la clava en un árbol” y de ahí desarrollamos lo que fue el guion de “Vacas”.

 

Has escrito guiones en colaboración con los directores ¿cómo es ese trabajo a cuatro manos?

Cuando la otra persona tiene capacidad de autocrítica y desarrolla conjuntamente contigo las ideas es un placer. Te hablo de experiencias como con Medem (Vacas) o Urbizu (La Caja 507), con el que he llegado al límite de turnarnos en la escritura del guion para que uno descansara.

 

El trabajo de guionista ¿arte u oficio?

Yo no creo que un guionista sea como un artista; un artista es un pintor, un escultor. El guion no es un arte, es un oficio. El guionista necesita primero, eso sí, una mirada digamos más artística: mirada de director de cine y, luego, una disciplina de escritor. Tener tus métodos para potenciar la imaginación y estar todos los días escribiendo. Un gran problema del cine de hoy en día es que no hay muchos que quieran trabajar en el oficio del guion, lo que hay es gente que escribe guiones para dar el salto a la dirección. El verdadero artista en el cine es el director, que es el verdadero responsable de la película.

 

¿Pero es necesario tener un don para ser guionista o es algo que se acaba aprendiendo?

Hombre hay que valer, como en cualquier oficio, pero el trabajo y la capacidad de autocrítica son indispensables. Yo conozco, por ejemplo, a mucha gente con más imaginación que yo y que han acabado de otras profesiones porque carecían de esa capacidad de autocrítica y de trabajo continuo.

 

¿Cuándo escribes tus guiones partes de un idea con mayúsculas, es decir, un mensaje determinado por ejemplo “la soledad del hombre”?

No, además si ves mis películas te das cuenta que entre unas y otras poco tienen que ver ¿Qué tienen que ver Vacas con La caja 507? ¿O la caja 507 con La vida Mancha? Pues prácticamente nada. Una suerte que he tenido es que he trabajado con géneros distintos y diversos directores lo que te permite conocer nuevas sensibilidades y nuevos mundos. Si yo insistiera en unos temas constantes, recurrentes, no tendría la posibilidad de adentrarme en esos mundos. Por otra parte, lo ideal para mí es el estilo invisible, es decir, que no se note la mano del guionista en la historia. No me gustan demasiado esos guiones en los que se nota la mano del guionista. El guionista se tiene que preocupar más por dibujar a sus personajes y envolverlos en una buena historia.

 

Antes nos comentabas que escribías poesía ¿cómo se puede hacer poesía, emocionar al espectador, desde el guion?

Manejando ciertas emociones, apelando a ciertos sentimientos y al intelecto. Luego está el “arte” de la elipsis, que es lo más cercano a la poesía que tiene el cine: te permite relacionar, contrastar y jugar con ideas, sentimientos y emociones.

 

¿Tienes algún guion o guionista de referencia?

Te puede decir miles de películas, cientos de guiones. No sabría decirte uno. Me gustan muchos, ahora que me vienen a la cabeza…

 

¿Consideras que el guionista no está suficientemente reconocido? ¿No crees que en muchas ocasiones quede ajeno de la autoría de la película?

Hombre, si fuera tan ajeno, no estaríais aquí haciéndome una entrevista. Una película es producto de la colaboración de muchas personas, el guionista es solo un eslabón más, un eslabón importante sí, pero solo un eslabón más de una cadena de producción que controla el director, el director es el máximo responsable de la película y el verdadero artista”.

 

¿Es un guionista un director frustrado?

En mi caso no; te puedo decir que yo he dirigido cortometrajes. Es mucho más cómodo y práctico ser guionista. Un director de cine puede estar 3-4 años desde que la preproducción de la película hasta el estreno. Tú como guionista trabajas un año, un año y medio, terminas el guion y ya te puedes poner a otras historias. Yo no hecho nada de menos dirigir.

 

¿Es posible que un guionista se quede vacío tras un guion? ¿Qué de todo de sí en una película?

Primero no hay que olvidar que la escritura cinematográfica es –como ya he dicho- un oficio y tiene su método de trabajo, Es posible que cuando termines un guion, y sobre todo, si ha salido bien, tengas una especie de euforia e inmediatamente después tener un bajón, sea normal. Otra cosa es que tengas la capacidad de hacer seguidos buenos guiones.

 

Podríamos decir que el gran mal artístico del cine español es la escasez de guionistas…

Sí antes te comentaba que hay un gran problema y es que no pocos guiones y muchos guionistas, me explico: hay mucha gente que utiliza el guion para dar el salto a la dirección, por lo que el número de la que gente que hace guiones es grande, pero hay muy pocos que sepan realmente el oficio. Luego otro mal, es que hay muchos directores que son sus propios guionistas: se filman primeras versiones que necesitarían descaradamente una revisión. Hay excepciones como Urbizu, que, siendo un excelente guionista, siempre acude a un guionista para revisar el texto y moldearlo.

 

¿Crees que está suficientemente valorado el trabajo del guionista?

Sobre todo en cuestión de dinero, aquí hay un gran problema y es que –sobre todo a los guionistas jóvenes- a menudo solo te pagan si tu guion es llevado al cine, eso es un gran problema, porque para crear primero hay que comer. Aquí, los productores no arriesgan, no invierten; en Estados Unidos, en cambio, saben que el mayor valor de una empresa es su librería y pagan a veinte guionistas para que escriban sus historias, de las que luego sólo se harán tres

. Antes me preguntabas un modelo de guionista, ahora me viene a la cabeza Rafael Azcona, que, a parte, ser un excepcional guionista sigue pudiendo ganarse la vida con sus guiones…

 

¿De qué vive un guionista en época de escasez?

Yo particularmente, a aparte de escribir guiones imparto clases de guion, pero he llegado a tener la suerte de poder trabajar de manera continuada, algo poco común en este gremio.

 

¿Cuáles son los proyectos en los que trabajas actualmente?

Acabo de terminar el guion de “Tranvía a S.P.”, que quiere llevar al cine Aitzol Aramaio, ahora estoy escribiendo para Pedro Olea un thriller de época” y trabajo en la adaptación de una novela histórica para una producción de gran presupuesto “Independencia”.

 

¿Qué les pides a los dioses del cine para un futuro?

Mucho trabajo…

 

 

Fuente: Mikel Raposo Bautista (mikelraposo.blogia.com)

 

 

 

 

04/03/2008 14:46:46

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