04/01/2011 - 20 usuarios online


Noticias de guion


Xavi Sala, entrevistado por Elisa Puerto Aubel


 

Xavi Sala, uno de los cortometrajistas más prestigiosos y premiados de España, nunca estudió guion. Al terminar su carrera de periodismo en Ciencias de la Información se lanzó a cursar un par de talleres cine, entre otros, un taller de guion dictado por Lola Salvador. Ella fue quien lo animó a entregarse a la escritura cinematográfica y probar suerte en Madrid. Entre rodajes de toda índole y proyectos de guion personales, Xavi trabajó durante varios años como guionista de televisión. Esto le proporcionó una amplia experiencia de cara a la escritura en diversos formatos. Finalista en los concursos de guion de largometraje Julio Alejandro (2004) y Pilar Miró (2007) , ganador de festivales con cortometrajes escritos y realizados por él como Hiyab (nominado al Goya) o La parabólica, Xavi compagina sus asesorías y talleres de Guion itinerantes con la escritura de sus siguientes películas. En estos momentos vuelve de impartir talleres de Guion en América Latina.

¿Cómo sueles afrontar una idea al comenzar a escribir un guion?

Uno de los factores más importantes son las metas que uno se impone. Los concursos para lograr financiación son muy importantes: plantean fechas límite para presentar tu proyecto, ejerciendo la presión que ejercería un productor. Mis primeras metas fueron concursos en Valencia y Catalunya, y posteriormente el ICAA.

Cuando empiezo un nuevo proyecto, lo primero que suelo hacer es verbalizarlo con gente. Contar la historia siempre ayuda a profundizar en ella y a reflexionar acerca de si realmente es lo suficientemente interesante o fuerte como para invertir todo el esfuerzo que supone darle forma. Suelo contarle mis historias a personas que no son del medio cinematográfico: ellas son el público al que nos interesa llegar, y su reacción suele constar de muchísimo sentido común. Si después de exponerla en público mi proyecto me sigue entusiasmando, entonces sigo con la investigación, me dedico a hacer sinopsis y más sinopsis, tratamientos (para largometrajes y cortometrajes también), hasta que la historia comience a contarse por escrito. No suelo atenerme a manuales de fórmula.

De realizador a profesor de guion. ¿Los talleres que impartes te sirven a nivel personal y creativo?

En los talleres se interactúa constantemente. Se escuchan historias nuevas, se ahonda en ellas, y por tanto, en la faceta más íntima de cada alumno. Agradezco muchísimo la confianza que se da entre todos los componentes de las clases. Yo soy uno más. Las historias también narran la realidad de cada país, desde distintos puntos de vista. De los alumnos aprendo mucho; les cuento mis proyectos y siempre tengo en cuenta sus comentarios. Los talleres son de un enriquecimiento humano y creativo impagables.

¿Tienes algún método específico? ¿Qué procuras destacar en el trabajo de tus alumnos?

El método que planteo es el mismo que me aplico a mí mismo. La primera pregunta a hacerse es "¿Qué hace que esta historia sea tan especial? ¿Merece la pena todo el esfuerzo que supone?". Soy constructivo: siempre juego a favor de obra y si la historia carece de fuerza, se lo hago ver al guionista. Lo que me importa es que él mismo lo reconozca. Lo que procuro es que en mis talleres todos los alumnos sean capaces de hablar de la historia del otro. Entre todos, vamos tirando de la historia, alimentándola. Mi intención es que el guionista se haga responsable de todos los comentarios que van surgiendo entre sus compañeros, y que sepa discernir entre las opiniones que le aportan algo a la historia y las que no se aplican al proyecto de un modo fluido. El objetivo de mis clases es ayudar a los alumnos a contar su historia, verbalizarla. Que todos los talleristas aprecien la evolución que ha vivido un proyecto dentro de la clase. También planteo visionados de películas, que analizamos agudizando el sentido común.

Habiendo impartido talleres en Europa y América Latina, ¿destacarías rasgos en común y/o diferencias entre los puntos de vista de los alumnos de cada continente?

La calidad de los trabajos o las ideas dependen mucho en cualquier lugar de la tradición y la cultura cinematográfica, independientemente del talento de cada guionista. El talento puede encontrarse en cualquier parte del mundo aunque no abunda, claro. En Europa existe más tradición cinematográfica que en América Latina. Eso se palpa en el acercamiento de los guionistas a su obra. Independientemente del talento, también están la técnica y las herramientas para construir un guion. Se dan casos de gente extremadamente dotada o con grandes ideas que no saben cómo darle forma por escrito, o viceversa, gente con historias más bien pobres que les dan fuerza al narrarlas.

En ambos lugares se constata una enorme influencia Norteamericana, cosa que muchas veces no cuadra con el mensaje que el guionista quiere transmitir. No somos Estados Unidos, y muchas veces los guiones con pretensiones de género o el lenguaje audiovisual en sí peca del sello norteamericano, lo cual puede hacer inverosímiles muchos guiones.

Quizá, visto de forma global, y siempre hablando de mi experiencia en los talleres, el contenido de las historias sea más light en Europa, y en América Latina las historias sean más contundentes. Esto se debería a la realidad social y cultural de cada continente.

¿Qué opinas de la situación del guionista en Europa? ¿Y en América Latina?

El guionista no es valorado en ninguno de los dos lados. En España, por ejemplo, contamos con organismos como ALMA, pero aún tienen que perfeccionarse. Yo diría que el problema parte de nosotros mismos: si uno escribe, tiene que concienciarse como escritor. Se trata de unificar criterios, de virtualizar el trabajo propio y de los que se dedican a la escritura. Yo prefiero declararme guionista antes que director. Hay que demostrarle a los productores que las cosas tienen que cambiar, hay que sacarles de la cadena de comodidad en la que se mantienen. El único resultado de su conformismo son productos mediocres. Es triste que muchos guionistas trabajen en un proyecto durante meses, a veces años, sin ningún tipo de sustento económico, o peor aún, que entreguen su obra terminada por un precio irrisorio.  En América Latina esta situación es aún más evidente. En comparación con Europa están muy atrasados en términos de producción o distribución, y esto obviamente lo sufren los guionistas en primer lugar. Aún queda mucho por hacer en ambos continentes, sobre todo en Latinoamérica.

¿Qué diferencias encuentras entre el mundo del cortometraje y el del largometraje?

Yo reivindico el mundo del corto. Para mí es muy importante. Son muchos los grandes talentos que vienen de ahí. Para mí son cáminos bidireccionales. El cortometraje permite contar historias valientes, rebeldes, historias que no son tan factibles en el mundo del largo.  Personalmente me gustaría que el mundo del largometraje fuera más arriesgado. Pero las historias arriesgadas suelen darse en formatos más cortos, sobre todo en España. No es fácil.

¿Qué consejo le darías a un guionista novel?

Lo primero, que conserve siempre su humildad. La humildad con uno mismo y con los demás es fundamental y va más allá del talento. Por supuesto que escriba muchísimo, que vea muchas películas y que lea todos los guiones que pueda. Son pocos los guionistas que leen guiones asiduamente. Hay que trabajar muy duro, y no olvidar en ningún momento que lo que se está escribiendo está destinado a ser visto por mucha gente. Hay que plantearse a menudo si lo que se está escribiendo, si el proyecto en sí y todo el esfuerzo que requiere y que le va a requerir a demás gente, vale la pena. Hay que forzarse a reflexionar. Y mantener siempre todo el ánimo.

¿Qué proyectos tienes ahora a la vista?

Tengo un cortometraje en fase de financiación, y un largometraje en negociaciones con una productora. Aunque me lance a realizar el largometraje no pienso discriminar el corto. Espero que ambos proyectos se produzcan muy pronto. También está en fase de desarrollo un proyecto de televisión en el que colaboro como guionista. 

Por otro lado, en breve voy a impartir unos talleres en América Latina (Argentina, Perú y Colombia) centrados en guiones de cortometrajes para teléfonos móviles.

 

Elisa Puerto, para abcguionistas.

09/10/2008 15:59:16