22/10/2020


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Entrevista con Aldana Duhalde, guionista especializada en TV infantil


Duhalde

Aldana Duhalde, argentina, licenciada en ciencias de la comunicación de la Universidad de Buenos Aires, se ha dedicado a hacer producciones para niños y jóvenes en cine, radio y TV, como guionista y productora. Desde 2002 forma parte de la comunidad Prix Jeunesse, modera debates para adultos y niños sobre TV infantil, y ahora está en Colombia para hacer parte del encuentro ‘¡Alharaca! los niños tenemos la palabra’, en Barranquilla, el 5 de agosto, y del seminario ‘MaguaRed: la televisión desde la perspectiva de niños y jóvenes’, el 11, en Bogotá.

Las actividades, organizadas por el portal MaguaRed, son distintas, pero con un mismo fin: velar por que niños y jóvenes tengan una buena televisión.

En la primera, 30 niños dialogarán con realizadores de televisión y radio sobre contenidos infantiles. Y el 11 de agosto compartirá sus experiencias con padres, cuidadores, maestros, creadores de contenidos y público.

Duhalde habló con EL TIEMPO sobre la importancia de los contenidos infantiles y juveniles en televisión y otros formatos.

¿Cuáles son los aportes de la TV pública a la formación de niños y jóvenes?

A la hora de programar para niños, la televisión pública tiene un rol y un privilegio: puede hacerlo sin estar amenazada por el rating y elegir con más libertad contenidos positivos sin que necesariamente sean un éxito inmediato. Sin embargo, sería hipócrita decir que el objetivo de ser visto por la mayor cantidad de niños no es un peso también para esta TV, porque por ser pública debe rendir cuentas y tener sentido. Y en este medio, tener sentido es ser visto.

¿Y qué le hace falta a la TV pública para conquistar más a estos públicos?

La clave estaría en que pudieran permitirse un mayor tiempo de adaptación, una espera más paciente para conquistarlos; ofrecer la posibilidad de descubrir nuevas formas, temas, tratamientos y formatos, tal vez más sutiles, menos estridentes y explosivos, más concentrados en abrir universos que en asegurarse fidelidad incondicional frente a sus propuestas por el camino más rápido y conocido.

Y hacer algo bueno para estos públicos es extremar la calidad, desde la originalidad de una idea hasta los efectos sonoros. Cuando esto sucede, define y refuerza la identidad de los niños.

En el caso de los jóvenes ¿por qué son los más abandonados por las televisiones?

Justamente porque la TV no se la juega ni en ideas ni en presupuestos. Y ellos necesitan ser sorprendidos constantemente. Para esto, los tiempos de creación y los equipos de guionistas tienen que ser los mejores. Porque ellos están en un limbo, como me dijo uno hace poco. Creo que la mejor manera es no juzgarlos y trabajar mucho con el humor y reírse con ellos como camino para encontrarlos. Pero para esto hay que querer invertir tiempo y dinero, y esto es una decisión política y editorial.

Pero si son un gran público...

Es que las televisiones parten de un equívoco: consideran que no es negocio, mientras que si se hace bien puede ser tremendamente bueno. Y porque más allá de que les convenga o no, desconocen la responsabilidad que tiene un medio frente a la sociedad. Hay cuestiones básicas que no deberían ser una opción, porque estamos desperdiciando mucho talento y oportunidad de que surjan creaciones buenas y que estén al alcance de niños y jóvenes.

¿Cuál es el aporte de canales como Disney, Cartoon, Discovery Kids y demás en la formación de los niños?

Supieron diseñar espacios específicos. Desde el logo hasta la elección de cada programa, todo está pensado para una franja en particular. Incluso esto se fue haciendo cada vez más definido y sofisticado, pero no siempre funciona en la realidad, porque en una casa con varios hermanos, lo más probable es que todos vean lo que ve el más grande.

Hay que entender además que los canales evolucionan, se replantean, cambian sus ejecutivos y productores, a quienes vemos en festivales o consultando expertos, porque nadie cree que tiene la fórmula perfecta, menos en este momento, cuando los niños habitan en un laberinto de pantallas que jaquean a los realizadores y les exigen superarse y avanzar hacia donde ellos están.

¿Qué opinión le merece el canal Señal Colombia y su programación infantil?

Lo que más me gusta de Señal Colombia es la capacidad de autocrítica y su búsqueda por acercarse al mundo y de integrar a Colombia como un todo, resultado de las mil Colombias y las mil infancias que la conforman. Mejora año a año, y no lo digo yo, sino los constantes reconocimientos internacionales y la venta de formatos.

¿Y de otro tipo de iniciativas públicas como los portales Maguaré y MaguaRed del Ministerio de Cultura?

Permiten la circulación de contenidos, generan intercambios, ayudan a que distintas especialidades se encuentren y se retroalimenten. Son espacios accesibles desde Colombia y para cualquier lugar del mundo.

¿Por qué se han afianzado los contenidos infantiles compartidos en el continente en las televisiones públicas?

Comienzan a notarse mecanismos más fluidos de realización en conjunto. Tuve la experiencia con Contraseña verde, que dirigí con Beth Carmona (Brasil). Son microdocumentales que convocaron a siete canales de la región, entre ellos Señal Colombia. Lo más maravilloso fue crear un formato en conjunto en el que todos nos sintiéramos cómodos sin bajar la exigencia. Todos cedimos en algo e hicimos una construcción colectiva en la que afloró aquello que más nos une: las imágenes poderosas de Latinoamérica, la riqueza en las historias y niños con historias ecológicas.

EL TIEMPO / Noticine

04/08/2014 23:45:42

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