17/07/2013 - 32 usuarios online


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Haifaa Al-Mansour habla sobre "La bicicleta verde"


Al-Mansour

La primera directora y guionista saudí que ha sido capaz de rodar un largo, Haifaa Al-Mansour, a los pocos días de abrir el Festival Cinema Jove, presenta su opera prima, "La bicicleta verde", en las salas comerciales españolas. Educada fuera de uno de los países musulmanes más conservadores, donde que una niña use una bicicleta "atenta contra su dignidad", Al-Mansour, que estrenó su opera prima en la Mostra de Venecia, tuvo que enfrentar numerosas dificultades para rodar en Arabia Saudí, gracias a coproductores alemanes.

- Usted eligió hablar de un tema controvertido como es la cuestión femenina en en Arabia Saudí, a través de una historia aparentemente simple de una niña que desea una bicicleta. ¿Por qué?
Quería darle al debate intelectual un rostro humano –una historia que la gente pudiera comprender y sentirse identificada en ella. La película no presenta una gran historia sino una mas bien pequeña. Una historia sobre las emociones de un pequeño grupo de personajes. Una chica joven y su madre y sus vidas dentro de la sociedad. No creo que a los espectadores les apetezca sentarse a ver una película para ser sermoneados. En su lugar, desean asistir a una aventura que inspira y emociona. A pesar de la simpleza de la historia, creo que se integran temas complejos. Para mí fue importante que la historia fuese un retrato real de la situación de la mujer en Arabia Saudí y que los personajes fueran creíbles y reflejasen las maniobras que tienen que hacer para manejarse dentro del sistema.

- Hay varios personajes femeninos muy fuertes, la propia Wadjda, su madre, la directora del colegio...¿Es "La bicicleta verde" una película de mujeres?
Quizás lo sea. Pero no ha sido mi intención. Quería hacer una película sobre las cosas que conozco y he vivido. Una historia que habla de mis experiencias pero también de la de los habitantes de a pie. Fue importante que los personajes masculinos no fueran presentados como simples estereotipos o villanos. Tanto las mujeres como los hombres en la película están en el mismo barco. Ambos son presionados a actuar y comportarse de cierta manera y también son forzados a lidiar con las consecuencias del sistema, dependiendo de cómo se comportan. Me gustan mucho las escenas de la madre e hija y creo que se nota el amor y la emoción en su relación cuando están cocinando o cantando juntas. Hay algo muy bello en esas escenas.

- El personaje de Wadjda se inspiró en su propia niñez. ¿Hay otros elementos autobiográficos en la historia?
Bueno, yo me crié en una familia muy liberal, que me apoyaba. Recuerdo que cuando era una niña, mi padre me llevó, junto con mis hermanos, a comprar bicicletas y yo escogí una verde. Soy extremadamente afortunada por haber tenido un padre que quería que me sintiera digna como mujer pero mi vida distaba mucho de las historias de mis compañeras y amigas, que jamás hubieran soñado en pedir una. Creo que el corazón de la historia es algo con lo que todo el mundo se puede identificar. La idea de ser tildado como diferente o anormal por querer algo que está fuera de lo que tradicionalmente se considera aceptable. La cultura Saudí puede ser especialmente brutal y implacable ante aquellas personas que se salen un poco de la sociedad, así que hay un temor real de ser un paria. En cierta manera, la historia es parte de mi vida y de las cosas que he vivido. Muchas de mis experiencias, junto con la de mis amigos y familia, están reflejadas en esta película. No nacieron de un concepto mental.

- Habiendo crecido en un país sin cines, ¿cómo descubrió el Séptimo Arte y decidió convertirse en directora?
Me crié en una pequeña ciudad en Arabia Saudí. No quiero dar a entender que estábamos totalmente aislados del mundo exterior, pero tampoco éramos los típicos ricos. Aunque mis padres habían viajado mucho, solo fuimos a un par de viajes dentro de la región cuando era pequeña. Toda mi vida como niña se centró en esa pequeña ciudad. El concepto del mundo era el de las ciudades cercanas a la nuestra, a un par de horas. Pero el mundo global parecía muy lejano y fuera de mi alcance. Siempre leía libros y veía películas y quería ser parte de ese mundo más grande. Arabia Saudí es un país sin salas de cine, donde además se censuran las películas, pero mi padre hizo que fueran accesibles para la familia. Algunas noches nos reuníamos en casa a ver películas y eso me encantaba... Pero nunca creí que iba a acabar siendo directora de cine, mucho menos la primera mujer directora en Arabia Saudí.

- ¿Cómo fue su experiencia como mujer directora en Riad?
Fue un reto y al mismo tiempo extremadamente gratificante. Cada paso fue difícil y supuso una aventura. En ocasiones tuve que correr para esconderme en la furgoneta de producción cuando estábamos en zonas mas conservadoras donde la gente habría desaprobado al ver a una mujer directora rodeada por hombres, aunque fuera en un ambiente profesional. A veces dirigía estando en la furgoneta utilizando walkie-talkies. Pero siempre me frustraba y finalmente salía y lo hacía en persona. En un par de ocasiones, algunas personas hicieron eco de su descontento por lo que estábamos haciendo pero no fue nada del otro mundo. Teníamos todos los permisos y las licencias así que todo transcurrió sin demasiados sobresaltos.

- ¿Cómo se la considera a usted en Arabia Saudí y en el mundo árabe en general? ¿Se la considera una excepción? ¿Una atrevida? ¿Una pionera?
A veces puedo llegar a ser considerada como una figura un tanto polarizada ya que algunos creen que la idea de una mujer haciendo una película o trabajando en los medios es algo controvertido. Pero no he querido ofender a nadie y no creo en causar controversia simplemente porque sí. Creo que debemos de buscar la manera de incorporar los cambios y una modernización inevitable dentro de nuestra cultura de manera razonable. Las amenazas de muerte y esas cosas dan mucho miedo pero no podemos dejar a unos extremistas afectar nuestro trabajo y los objetivos que tenemos que desarrollar en nuestro país. Espero haber hecho una película que sea cercana a las vidas de las mujeres saudíes y que les inspire y les de fuerza para enfrentarse a la complicada situación social y política que viven. Aunque sea difícil desmontar unas tradiciones tan arraigadas, en las que se les niega a las mujeres una existencia digna - sobre todo porque las tradiciones se mezclan con interpretaciones religiosas - es un propósito por el que vale la pena luchar.

- ¿Cual es la situación actual de las mujeres de Arabia Saudí que persiguen aspiraciones creativas o artísticas?
Me impresiona la cantidad de mujeres jóvenes que he conocido en Arabia Saudí y ver que ahora están creciendo de una manera diferente a la mía. Con muchas más oportunidades. Quiero ofrecer una plataforma para esas voces que nunca se escuchan y ayudarlas a contar sus historias al mundo. Pero es difícil conseguir que las mujeres sean ellas mismas. Si se comportan de manera diferente a la norma aceptada, son consideradas "controvertidas" y eso ocurre en cualquier lugar del mundo y más aún en un lugar tan conservador y estricto como Arabia Saudí. Siempre se espera que las mujeres se comporten de una determinada manera y cuando se desvían un poco, suelen ser etiquetadas y estigmatizadas. Espero que mis películas les ayuden a arriesgarse y hablar de los temas que les resultan importantes.

WANDA / Noticine

29/06/2013 01:29:57