19/11/2010 - 22 usuarios online
España sigue homenajeando al cineasta Luis Buñuel en el 25 aniversario de su muerte. Acaba de inaugurarse una exposición en Madrid con las fotografías que realizó con su pequeña Leica mientras buscaba las localizaciones en que rodaría las veinte películas que hizo en México. "Para hacer una película necesitaba un buen guion, tener cerca buenos restaurantes y bares, y haber planificado muy bien donde quería poner la cámara", comentó su hijo, Juan Luis Buñuel, en la presentación de la exposición "México fotografiado por Luis Buñuel", citado por la agencia COLPISA.
Hasta finales de octubre, la Filmoteca Española, en cuyos fondos estaba una caja con las cerca de mil instantáneas que tomó el autor de "Viridiana" en los años que pasó en el país azteca, donde murió en 1983, alberga esta muestra que, a partir del 29 de julio, tendrá un duplicado exacto en el Centro Buñuel de Calanda, su localidad natal.
Dormidas en una caja de cartón dentro de 73 sobres, ochenta y cuatro de las mil fotos que hizo de las veinte historias que ambientó en México -aunque solo se han encontrado de doce títulos, porque algunas de ellas las filmó en estudios- ven ahora la luz para revelar un aspecto poco conocido del director, el de fotógrafo, y dar nuevas pistas sobre cómo era su trabajo y la libertad con lo que lo hacía. "Podía ser libre porque su cine era muy barato. A veces, solo tenía dos semanas para filmar, por lo que tenía que ser muy rápido y tener todo superpreparado", apunta su hijo.
Las fotografías las descubrió Javier Espada, director del centro Luis Buñuel de Calanda, cuando preparaba la exposición sobre "Los olvidados", hace más de cuatro años.
Buñuel solo fotografió localizaciones, no le interesaba captarlas en los rodajes. "Él acababa la película y, cuando el productor le había pagado, le decía que, si quería, la podía quemar", apunta Juan Luis Buñuel, para quien las instantáneas demuestran "lo meticuloso que era con sus películas. No utilizaba material de más ni tiempo extra, y en el montaje se limitaba a unir el material rodado porque tenía poco donde elegir. No improvisaba, al contrario, era muy preciso", subraya. Sí reconoce que, a la hora de localizar, "no existían leyes".
Escribía el guion, llamaba a los asistentes y les decía que, por ejemplo, necesitaba una calle mexicana con un edificio lujoso. Luego iba él y fotografiaba la que más le gustaba, y ese mismo encuadre de la foto coincidía con el que luego salía en la película", recuerda. Hay fotogramas de películas que son un calco exacto de las fotos de localización.
Con anotaciones manuscritas en el reverso indicando el lugar al que corresponden -en otras solo pone el título del filme o la escena-, las fotos plasman los "Méxicos" que salen en sus películas, desde las selvas tropicales o los manglares de Acapulco -"Subida al cielo"-, a mansiones burguesas -"El ángel exterminador"-, ricas haciendas -"Abismos de pasión"- humildes chabolas -"Los olvidados"-, barrios ricos -"Él"- y pueblos muy humildes -"Nazarín"-.
Más datos. Para su primer filme mexicano, "Los olvidados", recorrió los arrabales de México D. F. con sus ropas más viejas y algunas de las cosas que vio las trasladó posteriormente a la película, una de las más famosas de su producción.
La muestra se completa con instantáneas del hotel balneario de San José Purúa, donde se refugiaba para escribir sus guiones, y del hotel Las Hamacas, donde se hospedaba el equipo cuando descansaba en Acapulco.
© abc guionistas
04/07/2008 16:31:53