19/11/2010 - 19 usuarios online


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Murió el guionista italiano Turi Vasile

Vasile
Vasile

Turi Vasile (Messina, Sicilia, 1922) falleció en Roma el pasado día 1 de septiembre, sólo unos días después de que lo hiciera su esposa, Silvana Gualdi (el 26 de agosto): una unión de una vida entera, y más allá, como Fellini y Giulietta. Productor cinematográfico, director y guionista, escritor y crítico literario de Il Giornale, Turi y Silvana eran los padres de Paolo Vasile, consejero delegado de Telecinco. Silvio Berlusconi, jefe del Gobierno italiano, y su número dos, Gianni Letta, asistieron en Roma el 3 de agosto al funeral, celebrado en una iglesia del barrio de Cassia, donde vivía el fallecido, informa EL PAIS.

Vasile se trasladó a Roma desde Sicilia en los tiempos de la universidad, y en la capital desplegó una importante actividad teatral y cinematográfica, como guionista para Luigi Zampa y Michelangelo Antonioni, como director (Gambe d'oro con Totò) y como productor (Roma, de Fellini; I vinti, de Antonioni; Pan y chocolate, de Franco Brusati, o Anónimo veneciano, de Enrico Maria Salerno). De Roma no quedó satisfecho del todo: Fellini no respetó los pactos e hizo subir tanto el coste de la película que Vasile tuvo que endeudarse.

A partir de los años cuarenta, Vasile afirmó su pasión por el cine colaborando con los mejores nombres del panorama italiano. Processo alla città, de Zampa; Sedotta e abbandonata, de Germi; Gli indifferenti, de Maselli, u Operazione San Gennaro, de Risi. Además, firmó numerosas comedias para el teatro, como Quiz, que dirigió su paisano Andrea Camilleri, y produjo series de televisión.

En 1992, Turi Vasile comenzó una intensa carrera de escritor tardío, casi siempre con la pequeña y selecta editorial donde publica Andrea Camilleri, la Sellerio de Palermo, y casi siempre en forma de cuentos breves y muy breves: Paura del vento, Un villano a Cinecittà, L'ultima sigaretta, Male non fare...

Sus amigos le recuerdan como un sabio de escritura limpia y como un gran narrador oral, siempre a lomos de una nostalgia alegre y fértil. El editor Andrea di Consoli, que le publicó Morgana y L'ombra, lo ha retratado estos días en Il Tempo contando relatos en su pequeña casa de una planta en la Cassia, rodeado de flores y árboles frutales sicilianos. "Su memoria estaba poblada por milagros mediterráneos, mitologías fabulosas, historias bíblicas y muchos personajes verdaderos. Los dos polos de su geografía sentimental siempre fueron Cinecittà y Messina: el teatro del cine, el teatro de la memoria".

Su amiga Palmira Mancuso ha recordado cómo lloró al leer la frase "Nadie imagina que nunca me he movido de Messina", escrita en el último cuento del volumen titulado Morgana, y cómo decía que todos los nativos del Estrecho están locos.

"Era un hombre fuerte y delicado", ha escrito Mancuso, "como el profundo sentimiento que le unía a su mujer, Silvana, para la que siempre tenía un pensamiento. Así que no me ha extrañado saber que se ha reunido con ella pocos días después de su muerte, impaciente de poder oír aquella voz que de vez en cuando todavía cantaba".

© EL PAIS -abc guionistas

07/09/2009 23:28:48